¿Por qué es importante controlar la morosidad en las Comunidades de Propietarios?
La morosidad en comunidades de propietarios genera problemas. Muchos. Enemistades, roces, disputas, costes de administradores, costes de abogados inmobiliarios, y un desgaste en los vecinos que no se suele visualizar.
Te cuento una historia. Curiosa. De esas que te imaginas en una película americana. De cómo un vecino se hace con un garaje por sólo 2000 euros en ciudad. Dos mil euros.
Y sin buscarlo.
E igual te suena a moraleja de cine del malo. Pero no. Es una deuda. Una simple deuda, de esas que vienen sin glamour y casi en voz baja.
La comunidad de propietarios nos contacta. Una vecina ha vendido un apartamento del bloque de viviendas y ha decido quedarse su plaza de garaje para uso personal.
Todo bien. Ya sabemos lo que cuesta aparcar en ciudad.
Las cuotas del apartamento están al día y la venta se hace rápida. El problema viene de la plaza de garaje, cuyas cuotas con la comunidad acumulan desde la venta del apartamento más de mil quinientos euros.
La Comunidad de Propietarios puede “embargar” la propiedad del moroso.
Años sin pagar el impuesto municipal del garaje y las cuotas propias de la plaza de aparcamiento.
Obviamente esto supone un coste para la comunidad de vecinos, una situación de irregularidad y malestar que no dejan pasar.
Usan todas las vías legales a través del administrador de fincas del edificio, incluso un acuerdo de pagos. No funcionan.
Presentamos denuncia y entra en escena el juzgado. La ex vecina sigue sin afrontar la deuda. Y el tiempo sigue, derritiéndose, como los relojes de Dalí.
Meses después el juzgado ejecuta el embargo. La deuda se aproxima a los dos mil euros incluyendo sus intereses.
¿Cómo las Comunidades de Propietarios resuelven la morosidad? ¿Qué sucede en la Comunidad?
La comunidad decide no quedarse con el garaje y recuperar los importes debidos mediante la subasta.
Se abre un periodo de comunicación público y la comunidad anima a los vecinos a pujar y adquirir la plaza. Sólo uno se interesa y va a la puja.
Si nunca has estado en una puja en juzgado quizá te imagines una sala de Sotheby’s, como esas pujas de película por un cuadro famoso.
No es así. No hay glamour. Nadie va en traje.
Un amable funcionario, y lo son, explica el procedimiento desde su escritorio, no esperes una sala. Hace una llamada a las personas interesadas en la sala de espera y les pide una puja.
El vecino interesado pujó para cubrir la deuda. Ninguna otra puja.
Semanas después le comunicaron que podía abonar el importe y se inicia un procedimiento para convertirse en el nuevo propietario de la plaza de garaje.
Dos mil euros por una plaza de garaje en ciudad. Casi sin quererlo. La comunidad cubre la deuda con el embargo.
Un ganar – ganar, excepto para la vecina morosa. Ella pierde.
En Iurex asesoramos a Comunidades de Propietarios. Lo hacemos bien. Ya lo hemos hecho otras veces. Bien.
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